Somos un Molino en Colombia que, con protocolos de bioseguridad, autocuidado y sentido de pertenencia, nos permitió mantenernos en operación 7/24 durante la época más crítica de la Pandemia de Covid-19. El año 2020 tuvo sus particularidades, era difícil de planear y programar la producción, los equipos de trabajo y realizar un despacho perfecto, siendo un aprendizaje extraordinario y una gran experiencia para seguir operando en una situación de alta complejidad, ver nuestra harina fluir por el proceso productivo hasta su empaque para satisfacer las necesidades de nuestros clientes.
Somos una Empresa del Grupo Empresarial Nutresa de Colombia, que adquirió en la ciudad de Santa Marta en 1980 un Molino que según la historia comenzó a funcionar en el año 1923; donde su arquitectura era muy llamativa por sus hermosas paredes blancas, pisos, ventanas y puertas de gruesa madera que siempre brillaban y resaltaban por su impecable limpieza; donde se procesa una harina súper blanca que en un tiempo se llamó La Samaria.
Nuestro Molino en Santa Marta estaba ubicado en el centro de la ciudad, en la avenida ferrocarril, con 3 unidades de Molienda, 2 marca Ocrim y una marca Bühler. En el año 2010 se trasladó a la Zona Bureche, quedando una sola unidad de molienda de 300 toneladas marca Bühler, desde allí se produce harina Galletera y de Pastas para las Empresas del Grupo Nutresa.
Foto: Molinos Santa Marta en la ciudad de Santa Marta – Colombia
En el año 1995 Molinos Santa Marta adquirió un Molino ubicado en la ciudad de Buga, que comenzó a funcionar en 1980 con una unidad de molienda marca Ocrim. Este Molino producía harina panadera y de uso doméstico, en el año 2008 amplio su capacidad con otro Molino Ocrim quedando con 360 toneladas/día y que luego en el año 2016 se ampliaría a 460toneladas/día; siempre con el enfoque de cumplir las necesidades de harina del Grupo Empresarial Nutresa.
Foto: Ing. Claudia María Díaz Chaustre Directora de Plantas Molinos Santa Marta S.A.S.
Para el Molino Santa Marta lo más importante es su Gente y la Calidad, nuestros clientes y nuestra marca “EL TRIGAL” nos hace sentir Orgullosos de nuestra Harina; nuestros valores Pasión, Logro e Integridad nos invitan siempre a hacer las cosas con amor, buscando el autodesarrollo y creer en nosotros.
El Covid-19 nos abrió la puerta a una nueva década donde nos reta a seguir produciendo la mejor harina del País, con innovación mejorando nuestros procesos para ser de categoría mundial y permitiendo seguir construyendo la historia de nuestro Molino.
Reinvención, compromiso y talento, elementos clave en la pandemia.
CMI a través de su negocio Molinos Modernos, es uno de los grupos molineros más importantes de Latinoamérica dedicado a la producción y comercialización de harinas industriales de trigo y maíz.
Nuestros molinos cuentan con la más alta tecnología a nivel mundial, lo cual nos permite desarrollar nuestro portafolio de productos con altos estándares de control y calidad.
Construimos relaciones estratégicas con nuestros clientes, ofrecemos soluciones integrales de cereales e invertimos en plataformas de atención, asesoría y capacitación en el campo de la panificación y repostería.
Hoy 20 de marzo celebramos ¡el día mundial de la harina!, gracias a un equipo altamente comprometido de colaboradores de CMI que día a día son el ejemplo de excelencia y responsabilidad para garantizar que la producción y entrega de harina abastezca y sobre todo atienda las más exigentes necesidades de nuestros clientes, compradores y consumidores.
El esfuerzo y enfoque en nuestra gente durante el 2020 nos hace sentir muy orgullosos de todo lo alcanzado en la adversidad. En definitiva, la reinvención ha sido nuestra clave, continuamos trabajando con esa pasión por alimentar tu mundo para llenarlo de bienestar.
Molinos Modernos pertenece a CMI, una corporación familiar multilatina, con 100 años creando historias que genera valor económico, social y ambiental en las comunidades donde opera, ofreciendo excelencia y calidad en sus productos, servicios y proyectos. Integrada por más de 40 mil colaboradores, con presencia en más de 15 países, mucho de ellos ubicados en la región de Latinoamérica y Estados Unidos.
Una gran compañía que creció gracias a la harina de trigo.
Harinera del Valle es una empresa que cree en Colombia y que trabaja por su bienestar y nutrición desde hace más de 66 años. Cuenta con un consolidado portafolio de productos que hacen parte de la vida de las familias colombianas, acompañándolas en su alimentación diaria: Harina de trigo Haz de Oros, Pastas La Muñeca y Conzazoni, harina precocida de maíz Doñarepa, aceites Canola Life y Premier, entre otros, los cuales son referentes de calidad en el mercado nacional. Nuestros productos están hoy en 9 de cada 10 hogares colombianos.
Para la Compañía producir harina de trigo significa bienestar y vida, al ser la materia prima esencial que se encuentra detrás del desarrollo de nuestro amplio portafolio de productos alimenticios. Nuestra marca insignia Haz de Oros, se ganó el corazón de los panaderos y de las familias colombianas como marca líder para la preparación de deliciosos productos de panadería, así como de las recetas que generación tras generación, se han disfrutado en los hogares colombianos.
Bajo la marca Haz de Oros, hemos desarrollado un portafolio para la industria panadera con harinas de trigo especializadas para el mejor desempeño y rendimiento en la elaboración de productos: harinas multipropósito, para congelados, tortas y ponqués, hojaldres y galletas y harina integral. Así mismo, contamos con un portafolio para preparar y disfrutar en casa como las tortillas, pancakes y premezclas para tortas, brownies, galletas y cupcakes, entre otros.
Para enfrentar los desafíos de la pandemia del COVID-19, Harinera del Valle ha demostrado la capacidad para sobreponerse a condiciones adversas. Con mucha responsabilidad dimos prioridad a la salud de nuestros colaboradores, implementando las más estrictas medidas de Bioseguridad, promoviendo permanentemente el autocuidado y reforzando los vínculos de confianza y seguridad con nuestros clientes y consumidores. Por eso, gracias al trabajo de más de 1.400 colaboradores, Harinera del Valle no ha parado de abastecer con sus productos a los hogares e industrias nacionales, comprometiéndose con la reactivación y el desarrollo de Colombia.
En Grupo Trimex queremos destacar la dedicación, empatía, destreza y creatividad de los “héroes de la harina” durante 2020.
Desde los agricultores que mantienen el trigo en optimas condiciones, nuestro equipo de molienda y todos aquellos que colaboran con nosotros asegurándose de que la operación continuó en medio de la adversidad, nuestros proveedores que respondieron para satisfacer la demanda, nuestros socios transportistas que llegan a todos los rincones del país y nuestros clientes quienes transformaron nuestra harina en sus productos.
En este #DíaMundialdelaHarina destacamos el esfuerzo en equipo para asegurarnos que los mexicanos tuvieran harina y productos elaborados con harina en tiempos difíciles durante la pandemia.
El trigo es un organismo vivo, una semilla que tiene la peculiaridad de ser Alimento, en esa función su cuidado y equilibrio fue relevante durante la pandemia.
Además de la incertidumbre por la salud propia y de la familia, a nivel de Calidad de harina, el reto fue aun mayor, por cuanto los clientes no tienen la posibilidad de tener problemas, no hay tiempo, no hay recursos y sobre todo no hay personal para estar solucionando los problemas de calidad y adicional si contamos que se tiene que hacer el trabajo con las restricciones generales de la Pandemia y el oportuno suministro de insumos. Es por esto que No se tienen recursos para repetir.
El mantenimiento de las condiciones de la calidad y su estabilidad durante la pandemia fue un verdadero reto!!
El compromiso del personal de piso, fue el factor clave para brindarle al cliente la confianza y las soluciones. Logramos mediante una oportuna toma de decisiones y de trabajo en equipo, equilibrar las harinas aun con los cambios de materia prima y sus fluctuaciones normales.
Uno de los retos vividos por el personal de Calidad, está el mantenimiento de los equipos de laboratorio con la limitación de la poca asistencia técnica, por no poder contar con un asesor en la planta o en el pais. En este sentido los equipos, regresaron a la Gestión de Mantenimiento para ejecutar lo establecido en los manuales, realizando los mantenimientos y cuidados con las capacidades propias, nos vimos obligados a intervenir los equipos y como decimos acá, echarles mano!!.
Adicionalmente aprendimos a trasnformarnos para aprovechar los recursos, aplicamos herramientas visuales lo que nos permitió ejecutar y estandarizar los procesos actuales y sobre todo para las personas nuevas, en temas como inocuidad, recepción de productos, inspección de materiales y material de empaque. Todo fue un gran desafío.
Aprendimos a que la tecnología debe apoyarnos, que las capacitaciones pueden ser internas y que lo mas importante en los equipos de calidad, es tener un equipo multifuncional y multipropósito, que sepa hacer de todo, para poder cubrir a los compañeros cuando se necesitaba.
Grandes aprendizajes que se convierten en grandes acciones y que en la pandemia nos mostró que somos capaces, al igual que un grano que pasa adversidades para florecer, los equipos de calidad de los molinos, estuvieron allí, asumiendo las dificultades, donde hoy estamos mas fortalecidos, mas empoderados y con el conocimiento de que podemos salir de lo estándar para innovarnos y lograr grandes avances en poco tiempo.
Felicitaciones a todos los héroes de la harina, a todos los que viven la calidad de ella con esmero y con pasión.
South Amman Mill was established in 1997 in Jordan and is today the biggest flour mill in the country. The mill has 3 production lines, all outfitted by the Swiss company Bühler AG, with a total milling capacity of 1,000 tons/day and wheat storage capacity of 100,000 tons. South Amman Mill’s market share in Jordan is over 29%, and its export market share is 100% as it is the only mill in Jordan that exports flour to neighboring countries. The mill is owned by Al-Hazaa Investment Group which operates and manages many flour mills in the Middle East.
Enhancing food security in Jordan and the region has always been a vision for South Amman Mill, and was highlighted even more during the current COVID-19 pandemic and the impact it had on the flour milling sector. The COVID-19 crisis was not easy for any industry, especially for the food sector and flour production. The flour market witnessed unprecedented high demand during the crisis, since as soon as lockdowns were announced in many countries worldwide, people rushed to markets to buy large quantities of the white gold of life, and supermarkets and bakeries also placed unexpected orders for flour.
In Jordan, the government announced a full lockdown on March 14, 2020, and suspended schools, banned public gatherings, and closed the borders and airports in response to the rapid spread of the virus. This caused a state of alarm and people rushed to supermarkets to stock up on food supplies, despite the continuous assurances from the government that food stocks in the country were sufficient and there was no cause for concern. People were still worried, and there was panic-buying and stockpiling, putting great pressure on the country’s markets and factories, especially on mills, which supply one of the most important staple foods, flour.
Lockdown, panic buying, stockpiling and flour production at full capacity
Flour is used in many basic foods that are consumed daily. Therefore, due to the pandemic, bakeries in Jordan started to run low on flour, hypermarkets ran out of consumer packs of flour, long lines of flour trailers were seen at mills, and people queued up outside bakeries and supermarkets.
As the biggest flourmill in the country, South Amman Mill stood ready to cooperate and supply flour 24/7 to retailers and bakeries inside Amman and other governorates. The Mill operated at full capacity and complied with the government’s decisions in regards to the crisis, and committed to doing its best to supply the country’s flour needs.
After the pandemic hit, Jordan imposed a complete curfew for over six weeks, with restaurants closed and a ban on the use of cars. People started baking at home and weren’t going out, so demand for flour spiked. This change in consumer behavior was very challenging because it required shifting operations and focusing more on retail and less on bulk; before the pandemic, retail flour represented only 10% of the mill’s flour production but today it is over 30%.
This had both positive and negative impacts, positive as it met the decreased demand for larger flour packages due to restaurants closing and the increased sales of small packages, while also negative as the mill witnessed a shortage of 1kg sacks and had difficulty getting more of them from suppliers quickly.
Other negative impacts of the pandemic were the difficulty of having the entire workforce on site because of the lockdown and social distancing regulations, and the mill had to reduce the number of workers per shift in order to ensure the safety of employees while doing their duty.
In addition to the concerns regarding having enough supplies of grains, millers and technicians from outside Jordan weren’t able to enter the country, which caused many work delays. However, being a member of Al-Hazaa Investment Group helped South Amman Mill greatly during the pandemic, as it received a lot of support from the Group’s trained technical staff, who played a large role in overcoming any problems due to their outstanding performance and dedication to their work.
Shifts in package demand and social distancing
As a result of the increased demand for flour, some traders raised their prices to take advantage of the circumstances. But the Ministry of Industry and Trade in Jordan launched a campaign for consumer protection and punished anyone who raised their prices. South Amman Mill complied with the ministry’s orders, and continuously reassured it of its readiness to meet all flour needs during the crisis at its usual price.
The increased demand caused much crowding in supermarkets and bakeries during the rapidly spreading pandemic, so Al-Hazaa Investment Group acted quickly and created an application that enables customers to order flour online and have it delivered within 24 hours without the need to go out, to decrease crowding and hopefully decrease spreading of the virus. This application, Daqeeq, which is the Arabic word for flour, was launched at the beginning of the crisis and provides delivery directly to customers without intermediaries, from South Amman Mill and the two other mills that are owned by Al-Hazaa Group in Jordan. It is currently only available in Jordan, but Al-Hazaa Investment Group intends to implement it soon in Egypt and UAE as well.
At South Amman Mills, we are very proud that all our products are eco-friendly, and are produced using 100% sustainable, clean energy supplied by Al-Hazaa Group’s Company for Renewable Energy. This is the biggest private-use solar power plant in Jordan and has a daily production capacity of 21 megawatts, and supplies all the Group’s factories in Jordan with clean energy.
